💧Dentro del «Proyecto de estudio y caracterización de Humedales en la Reserva de la Biosfera de La Siberia para su propuesta de inclusión en el Inventario Español de Zonas Húmedas» ,desarrollado por el CEDER La Siberia y enmarcado en las subvenciones públicas a asociaciones y fundaciones privadas sin ánimo de lucro para la ejecución de proyectos de conservación de la naturaleza, así como de educación y voluntariado ambiental (Decreto 89/202), se ha comenzado a visitar los humedales de turberas, un ecosistema que se forma por la acumulación de materia orgánica parcialmente descompuesta en forma de turba que se genera en ambientes húmedos, ácidos y pobres en oxígeno.
🌱Sobre estas peculiares características crecen especies tan singulares de musgo como los esfagnos, unos musgos que almacenan grandes cantidades de agua, el brezo de turbera, la Aulaga gatiña, algunos narcisos, la orquídea de turbera o las mansiegas. La gran cantidad de agua que retienen los musgos y otras hierbas de la turbera hacen que sea muy fácil hundirse en ellas, por lo que también reciben el nombre de “trampales”.
🌿🪰Otras especies típicas de estos ecosistemas son las plantas carnívoras como:
Drosera rotundifolia, cuyo nombre vulgar «rocío del sol» hacen referencia a las brillantes gotas de mucílago (sustancia dulce y pegajosa) que aparecen en el extremo de cada hoja, y que recuerdan al rocío de la mañana. La planta se alimenta de insectos, los cuales atrae con el color rojo fuerte de sus hojas y las gotitas brillantes de mucílago que las recubre. Ha evolucionado hacia este comportamiento carnívoro para adaptarse a su hábitat, el cual es demasiado ácido por lo que la disponibilidad de nutrientes se encuentra muy reducida. La planta utiliza enzimas para disolver los insectos los cuales quedan pegados en los tentáculos glandulares y extraer de sus cuerpos nitratos y otros nutrientes necesarios para su supervivencia y desarrollo.
Pinguicula lusitanica, se le conoce con el sobrenombre de «Grasilla pálida» o «Pinguícula» y se caracteriza por sus hojas rizadas y en roseta basal de estado viscoso, por las cuales atrapa a los insectos extrayendo los nutrientes mediante bacterias 🦠Florece en primavera creando una flor de pequeño tamaño 🌼
🐸🦋En las turberas también se pueden observar odonatos (libélulas y caballitos del diablo), anfibios o reptiles.
Por todo ello, las turberas son ecosistemas naturales muy frágiles que albergan especies de animales y plantas inusuales. Por tanto, es importante conocer el origen y su funcionamiento con el objetivo de cuidar y apreciar estos ecosistemas ya que tienen:
🌿Valor biológico: Son ecosistemas donde se preservan tipos de ambientes y especies amenazadas de flora y fauna.
💧Valor hidrológico: contribuyen al equilibrio hidrológico de nuestras regiones. Como una gran esponja, retienen el agua y la redistribuyen durante todos los meses del año.
🔬Valor científico: la naturaleza muy ácida de estas formaciones evita la descomposición de las plantas, favoreciendo así la fosilización (pólenes, esporas, invertebrados y vertebrados), lo que permite rastrear el paisaje botánico y el clima de los últimos 15.000 años.
🌍Combaten el calentamiento global: Las turberas almacenan carbono y ralentizan el efecto invernadero. Toda la turba acumulada en la Tierra durante milenios contiene alrededor de 500 gigatoneladas de carbono, ¡el equivalente a setenta años de emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero!
📍En el territorio se inventariaron un total de 15 turberas, principalmente situadas en los montes públicos de las localidades de Fuenlabrada de los Montes, Helechosa de los Montes y Herrera del Duque.
⚠️Si queremos visitarlas no debemos pisar ni caminar sobre ellas para evitar afectar a estos hábitat tan sensibles e impedir su conservación, además, de evitar hundirnos en estos «trampales».